LA CAUSA DE LAS DIFERENCIAS Y DESIGUALDADES ENTRE UNOS PAÍSES Y OTROS: LA GRAN INCÓGNITA


Uno de los grandes problemas de la economía mundial, por qué unos países son prósperos y otros fracasan, ha sido tratado de forma recurrente por muchos autores en las últimas décadas. Una de las obras que más impacto ha tenido y que aporta conceptos novedosos a esta gran incógnita es  Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty  de los profesores Daron Acemoglu (1967) y James A. Robinson (1960) que fue publicada en Nueva York el  20 de Marzo de 2012 y traducida al castellano por Marta García Madera bajo el título de Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza.


Nos encontramos ante un libro de historia económica mundial dirigido a un público general; un libro comercial y divulgativo. Su lenguaje es claro y sencillo y tiene una estructura que reafirma de manera insistente la hipótesis inicial de la obra: la división entre instituciones extractivas e inclusivas y cómo estar bajo unas u otras supone el fracaso o la prosperidad de los países. De forma argumentada, nos va narrando acontecimientos históricos importantes y cómo se van ajustando éstos a la hipótesis de partida.


El libro comienza con una recopilación de elogios de personajes del mundo de la prensa, académicos y autores de prestigio y varios premios Nobel de Economía, que avalan la importancia y trascendencia del libro.


Acemoglu y Robinson defienden que la situación geográfica, la cultural o ético-religiosa e incluso la ignorancia de los gobernantes no son  factores determinantes del empobrecimiento o enriquecimiento de los países, sino sus instituciones políticas, que determinan quién tiene poder en la sociedad y el uso que se hace de él. Para echar abajo estas teorías, nos ponen el ejemplo de las dos Nogales, separadas únicamente por una alambrada, o las antiguas Alemania Oriental comunista y Alemania Occidental capitalista, o el de Corea del Norte comunista, y la próspera Corea del Sur, democrática y libre.


En su concepción de las instituciones políticas, los autores las dividen en extractivas o inclusivas. Las instituciones políticas inclusivas son aquellas que están suficientemente centralizadas a la vez que son pluralistas. Las extractivas, por otra parte son las que concentran el poder en manos de una élite reducida que acaba apoderándose de los recursos del resto de la sociedad, de manera que la riqueza económica que acumulan les ayuda a afianzar su poder político. Fueron extractivas instituciones como las que implantó la conquista española en Sudamérica y las de Corea del Norte o Cuba actualmente.


Otro concepto clave al que nos llevan los autores es el del círculo virtuoso, al que se llega una vez alcanzadas las instituciones inclusivas, cuya esencia radica en que éstas se autorregulan y se autoimponen sistemas de control para no retroceder y convertirse en instituciones extractivas. Este círculo se retroalimenta positivamente y posibilita su mantenimiento e incluso que se extienda. Pero, por el contrario, los Estados también pueden caer en el círculo vicioso y llevar a su pueblo a la miseria. Estos también se retroalimentan, pero esta vez de forma negativa, creando fuerzas poderosas dirigidas a perpetuar las instituciones extractivas.


Pero se puede salir del círculo vicioso y de las instituciones extractivas y pasar a las inclusivas gracias a “coyunturas críticas”, que es como denominan los autores a momentos críticos de la historia como guerras, crisis o acontecimientos importantes que cambiaron el devenir de la historia ya que trastornan el equilibrio existente,  económico o político, para acabar con las instituciones extractivas o intensificar su aparición. Coyuntura crítica fue la peste negra medieval que en Inglaterra, como faltaba mano de obra, benefició a los trabajadores y produjo el aumento de sus derechos mientras que en Europa Oriental que las ciudades eran más débiles,  acrecentó los derechos de los nobles que en aquel momento ostentaban más poder.

Peste negra


Acemoglu y Robinson finalizan con algunas predicciones sobre el tipo de sociedades que es más probable que alcancen el desarrollo económico en un futuro no muy lejano.


 Hay algunos detractores a esta hipótesis única de Por qué fracasan los países; por un lado argumentan que parece una hipótesis demasiado simplista porque quiere reducir todos los factores del fracaso de los países a uno: estar bajo el gobierno de  un tipo concreto de instituciones políticas y económicas, las extractivas, echando así abajo teorías tradicionales como la geográfica de Jeffrey Sachs o Jared Diamond, la cultural de Max Weber o la de los recursos naturales de Blumer-Thomas que también aportan luz a la gran incógnita.


 Por otra parte, el capítulo sobre  el “futuro fracaso” de China no convence. Argumentan que su crecimiento económico no está empujado por la innovación, sino por el control estatal, y en el momento que haya alguna recesión, el crecimiento parará y no será sostenible. Pero los acontecimientos históricos contemporáneos no les respaldan puesto que la economía china está creciendo y más aún, cuando tras la pandemia el mundo occidental está sufriendo una profunda crisis.


A pesar de las críticas, Por qué fracasan los países es  una obra fundamental para conocer la historia económica mundial y ayudarnos a reconducir las actuaciones económicas actuales para romper con las desigualdades y el fracaso de muchos países.


Y termino con una cita del escritor Ian Morris que aparece en los elogios, donde escribe que Acemoglu y Robinson nos transmiten un mensaje importante en este libro:“la riqueza del mundo radica en la libertad. ¡Qué tiemblen los tiranos del mundo!”



      Fuentes: 

     Acemoglu, Daron y ROBINSON, James A. (2012): Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. Nueva York: Editorial Deusto, pp. 589.

       Ensayo "La causa de las diferencias y desigualdades entre unos países y otros: la gran incógnita". Ana Méndez Barrantes. 
 


ANA MÉNDEZ BARRANTES





 

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